Tras el fallido intento por limitar la concesión de licencias de viviendas turísticas del Ayuntamiento de Cádiz, las gaviotas negras parecen sobrevolar de nuevo la capital avivando el debate entre los vecinos de la ciudad dormitorio por excelencia al sur del sur.

¿Ciudad dormitorio? Sí.

Fuera de complicadas teorías socio-políticas, sea quien sea el culpable, los datos son claros, en una ciudad donde el 70% del empleo se sitúa en el sector servicios, la economía queda condenada y vinculada a la temporalidad estacional del turismo.

Así pues, el precio del metro cuadrado de la capital ha sido el que más se ha incrementado en el último año, postulándose como el más caro de Andalucía, y donde menos ha caído el precio junto a las ciudades de Almería, Jaén y Málaga durante la pandemia.

¿Pudo en algún momento suspender o limitar las licencias para el alquiler turístico el Ayuntamiento de Cádiz?

De ningún modo, en estos momentos no dispone de potestad legal para ello, las competencias en materia de ordenación y planificación del sector turístico corresponden en exclusiva a la Comunidad Autónoma de Andalucía, tal y como establece su Estatuto de Autonomía en sus artículos 71 y 56.3, todo ello sin que quepa debate por mandato del Artículo 148.1 de nuestra Constitución.

Y es que, dicho de otro modo, de haberlo conseguido, las limitaciones al alquiler turístico se hubieran dado de bruces con no pocas acciones legales por parte de los interesados.

¿Se puede limitar de algún modo el alquiler turístico de tu finca?

En efecto, existe la posibilidad de que sea la propia comunidad de propietarios mediante mayoría cualificada de 3/5 la que imponga en virtud del Artículo 7.2 de la Ley 49/1960, de 21 de julio, sobre Propiedad Horizontal una serie de limitaciones a la actividad turística, incluso exigir el respeto de normas propias de régimen interno cuyo incumplimiento podría ser enjuiciado por petición de la mayoría simple de la comunidad de propietarios.

De hecho, la comunidad puede exigir cuotas especiales de gastos o un incremento en la cuota de hasta el 20%, entre otras cuestiones, para estas viviendas en las que se realice el alquiler turístico.

¿La solución?

En mi humilde opinión, deberíamos abogar por el consenso entre las partes para alcanzar el equilibrio sostenible que tanto necesita nuestra ciudad, un turismo proporcional a las carencias económicas del gaditano junto a medidas que fomenten el empleo y la vivienda de calidad, y mientras tanto, concienciarnos de que el alquiler turístico es un pilar relevante de nuestra economía, y que, del mismo, podemos beneficiarnos todos mediante la herramienta más poderosa, la palabra.

Por ello te animo a que consultes a tu abogado de confianza sobre las posibilidades legales que existen para que la convivencia sea beneficiosa para todos, porque vivir, y hacerlo bien todo el año es lo que al fin necesitan nuestros vecinos.

¿Y tú qué piensas?

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